jueves, 11 de septiembre de 2008

Sham, lies & a mourning glow...

Estoy cansada de que tantas personas piensen sólo en sí mismas... Pero estoy más cansada aún de ver que cuando les toca devolver aquello que recibieron, apartan el rostro, se lavan las manos; y que no obstante eso, se llenan la boca de palabras hipócritas sin argumento alguno. Detesto las caretas, las mentiras.

A todos los que no son así (que por suerte son bastantes ^^): Gracias por ser capaces de ponerse en los zapatos de uno, cuando uno realmente lo necesita. Gracias por entender, sobre todo cuando a veces es difícil entender. Gracias por creer en mí. Gracias por ver más allá de sus narices.
Gracias por preguntar antes de juzgar. Gracias por escuchar las explicaciones sin juzgar. Gracias por no sentirse con el derecho de hacerlo. Gracias por preocuparse primero de cómo estoy antes de marcar mis errores. Gracias por valorar la amistad más que el tiempo que no se comparte. Gracias por buscarme cuando me ausento. Gracias por recordarme y tenerme en cuenta. Gracias por la atención. Gracias por el tiempo que les robo cuando me ayudan. Gracias por estar sin importar qué. Gracias por tenerlos en mi vida. Gracias por la transparencia, gracias por la honestidad y la sinceridad. Gracias por permitirme superarme. Gracias por demostrarme que está bien creer aunque el mundo grite que no se puede.
Y podría agregar tantos gracias más, infinitos.

¿Cómo puede alguien lastimar tanto y seguir su vida tranquilo? ¿Cómo puede engañar y dormir en paz?.
Nunca lo entenderé.

Los correspondientes seguro se sentirán aludidos.

Uno a uno, van apagando el brillo...

martes, 2 de septiembre de 2008

aaaaaaaAAAAAAAAAaAaAAAaaaaaAaaaaaaAAHHHhhHhhHHhHHHH!!!!

En los días en los que las paredes de mi prisión parecen retraerse, la respiración se extingue ante la angustia. Y solamente salen de mí gritos ahogados de desesperación.
Así como aquello ha disminuido gracias a las pequeñas cosas, también ellas son capaces de despertarlo.una vez más.

No es un límite. Es una reacción. No siempre puedo amainar la locura.
Y cuando ocurre, el mundo parece distinto; más distante. Porque me oculto tras el espejo, dejando sólo un rostro vacío mientras estoy sola en mí.
Busco sin saber, deseo cosas que no suceden, recojo migajas de pasado, encuentro siluetas difusas de mucho que perdí, recuerdo quién soy...

Sólo entonces recupero el aliento, las paredes se alejan y regreso con mis manos repletas de anhelos olvidados en los cajones de mi pensamiento. Como si de un velo azul se tratase, se dispersan y luego permanecen estáticos, envolviéndome hasta que el ritmo de sonrisas momentáneas va marcando su desaparición.

Un instante más tarde, los secretos corren a refugiarse otra vez, cuidando de dejarme lo suficiente para permanecer reconocible ante el mundo. Mi rostro vuelve a representarme con un brillo en los ojos, temeroso; la realidad se acerca a mi piel y el camino recomienza a sucederse debajo de mis pasos, aletargado y sigiloso...