miércoles, 20 de agosto de 2008

Hay centenares de palabras atragantadas en el camino.

Hoy revolví mi mundo olvidado en el armario; y cada cosa que encontré iba juntando ideas de reflexión.

A veces pienso en que el día de mi muerte, me gustaría que todos los textos que escribí durante mi vida (o al menos una parte de ella) fueran desenterrados de su silencio, y que las personas que conocí sepan, de qué estaba hecho mi interior.

Realmente me gustaría. Porque existen muchísimas cosas que de otra forma nunca podrían manifestarse.

El completo yo.

Y quisiera, que cada uno de los destinatarios, conservara esa parte de mí que le fue correspondida sin saberlo.

domingo, 17 de agosto de 2008

Hoy fue uno de esos días en los que todo vuelve.